Llueve sobre Madrid...y me recuerda a ti. (les)

**Arlekin** Jue 09 Sep 2010, 00:11

Una mañana de lluvia más sobre las aceras de Madrid. La gente como caminan hipnotizados bajo sus paraguas apresurados hacia sus trabajos, o esperan en la cafetería de la esquina para guarecerse de las aceleradas gotas.

Nada, ni nadie mira hacia otro lado. Solo el camino recto de la acera. ¿Triste? Puede ser…aunque sea un día gris, a mi me encantan…

Bajo las escaleras que me introducen en el laberinto subterráneo de las los pasillos del metro. Giro y giro hasta llegar al banco que me espera
cada mañana.

La misma chica joven de todos los días, espera también ansiosa el metro, con la carpeta en la mano, la misma de todos los días… ¿trabajará en una agencia de seguros, o trabajara en una oficina?.¿ O como yo, en una inmobiliaria, delante de un ordenador, que únicamente pilla polvo, los últimos días?…

Todos los días, hace la misma operación. Y no se porque siempre me quedo hipnotizada mirándola. Toma un mechón de su cabello retirándolo nerviosa detrás de su oreja, y al bajar la mano, la mueve haciendo un giro de muñeca para mirar el reloj. Las 8 y 10 de la mañana.

El metro está a punto de llegar y la gente no deja de entrar a la parada.
Y suena el motor de la maquina a toda velocidad. Haciendo que en su corto tiempo de parada, mas de diez personas salgan y entren de las puertas, atropellando al que se ponga por delante. El caso es llegar a su objetivo.

Un hombre alto, choca con la chica de la carpeta, tirándole todos los papeles al suelo… apresurada, se agacha a recogerlos. Este no la mira, sigue su paso todo acelerado.

“Joder, vaya peña”

Me agacho a recoger sus documentos. Pero me llevo una grata sorpresa,
al ver que son los papeles…son dibujos, bocetos a carboncillo. Son rostros de mujeres y de cuerpos al desnudo.

- Son bellísimos…

- ¡¿Perdona?!

- Lo siento, no pensé que lo decía en voz alta…

- El metro… lo has perdido…

- No importa, pillo el siguiente.

- Pero tienes prisa, siempre coges el de y diez…

- Si…-¿cómo sabe eso?.- pero es para que me de tiempo tomar un café antes del trabajo… al lado de la inmobiliaria donde trabajo, ponen el mejor café de Madrid…

- Tienes suerte, yo siempre voy con prisas. De echo, ya no llego al trabajo…

- Bueno, no te preocupes, por unos pocos unos minutillos que llegues tarde…

- No conoces al director jefe del periódico…

- ¿Trabajas en un periódico de la ciudad?

- Si, escribo noticias locales, ¡Al menos 4 columnas de la 10 pagina
son mías!.- sonrió orgullosa.- Por las mañanas tenemos reunión a
primera hora…-dijo mirando el reloj.- a la que hoy no voy a llegar…

- Por cierto, ¿los dibujos son tuyos?

- Si, los hago en mis pocos minutos libres… me encanta las expresiones de la mujer…la belleza de sus caras, sus cuerpos…

- Si, son realmente lindos, como tus ojos…

- Mis ojos…

- Lo siento, creo que lo he dijo en voz alta… como tenemos que esperar 20 minutos, ¿te hace un café de maquina? No me da tiempo invitarte a nada mas… lo siento.

- Vale…

Y con una sonrisa dibujada en mi cara, tomé monedas de mi bolsillo y le pregunte que bebida quería. “Cortado” me dijo con una sonrisa tímida.
Dios, era preciosa. Al ofrecerle el vasillo nuestros dedos se rozaron y miramos al unísono la mano de la otra.

- ¿Te gusta Madrid?.- Me mira pensativa

- Si. Mucho. ¿y a ti?

- Si, pero me ha costado mucho acostumbrarme a esta ciudad. Vine aquí para estudiar periodismo. Soy del Sur. ¿Sabes? De Almería. Y en comparación con esta ciudad… es… como diría… un pequeño y hermoso pueblecito…

- Nunca estuve allí… pero dicen que sus playas son lindas…

- Si… sus playas, sus gentes, sus calles, su estilo de vida, es diferente al de aquí… para nada pienso que una sea mejor que otra… Pero, aquí todo lo vivís con demasiada prisa… ¿no crees?

- Jejeje, puede… en eso no te quito la razón… todo el mundo tiene prisa y quiere llegar pronto a su objetivo. Pero una vez te acostumbras, tu vida va a ese ritmo.

- Lo se…yo ya me he hecho a el.

- ¿Por eso nunca paras de mirar el reloj?

- ¿Me has visto?

- Cientos de veces…

- Ostras.- Se sonroja.- No sabia que lo hacia tanto. Jajaja.- Nos reímos las dos.

- ¿Alguna tarde podríamos quedar a tomarnos un café?

- Mmmm, vale, pero pago yo…

- Nuestro metro ya llega…

- Vale. Pero a diferencia de otros días, nos sentamos juntas y dejas de mirarme desde la distancia.

- Ey… ¿lo sabes?

- Como crees que puedo dejar de darme cuenta… de la existencia de una mujer tan bella como tu, mirándome cuando me crees desprevenida…

- Lo siento.- Me sonrojo.

- No te preocupes… yo hago lo mismo…

- Por cierto, me llamo, Andrea.

- Yo soy Mónica…

Y nos subimos juntas a ese tren, no sin antes besarnos dulcemente en la mejilla. Ese día fue el primero de mi nueva vida.

Hoy, Mónica es mi mujer, y esperamos un bebé muy deseado. Puede que a ustedes, los días de lluvia le parezcan tristes, pero a mi, me recuerdan a ella… por eso me encantan….

FIN